Prólogo
Antes
de que todo comience
─Te
estoy diciendo que no quiero ─ le digo a por cuarta vez a Emma, mi mejor amiga.
Y la verdad es que ya me estoy cansando de esta absurda conversación.
─
Vamos, Killian. No podes decirle siempre que no. Viví la vida, amigo ─ dice
mientras se pone en frente mío y alza sus brazos al cielo. ─ A parte, ¿Por qué
no vas a querer salir con Erika? Es la chica más genial que conozco y mira que
odio juntarme con mujeres. Por eso te tengo que bancar a vos ─ sonríe mientras
yo ruedo los ojos ─ En serio, ¿Cuál es el problema? ─
─
Solamente no estoy interesado ¿Tan difícil es de entender? ─ digo con el ceño fruncido.
─
Está bien, está bien. No te enojes ─ y me pega en el brazo. Auch eso dolió.
Para ser una chica castaña de ojos marrones y, por encima de todo, petisa de
1,60 m. pega fuerte.
─
Haber dime, chica casamentera, ¿Por qué vos no aceptas las miles de
invitaciones que te proponen? ─ su sonrisa de borro de inmediato. Raro. Siempre
que sacamos este tema ella siempre, pero siempre, pone su cara seria.
─
Ya te dije que no quiero, fin de la discusión ─ al contrario de mi, cuando ella
dice que la discusión termino, hay que hacerle caso sino queres aguantar las consecuencias.
─
Esta bien, cambiemos de tema ─
─
¿Estudiaste para la prueba de sociología? ─ me pare abruptamente y me gire a
mirarla.
─
¿Había prueba? ¿Hoy? ─ digo, entrando en pánico.
─
Jodeme que te olvidaste la prueba más importante del cuatrimestre para poder
aprobar la cursada ─ dice con ojos demasiado abiertos.
─
Mierda, si me olvide. Que imbécil. No lo puedo creer ─ agarro mi cabeza con
ambas manos.
─
Hay amigo, si que estas en las nubes eh ─ se empieza a reír. No sé de qué
mierda ríe, yo no le veo la gracia a nada.
─
¿Se puede saber de qué mierda te estás riendo? Justo en un momento como este,
estoy entrando en pánico. ─ digo exasperado.
─ Debiste ver tu cara ─ y sigue
riendo. Estúpida chica. Me estaba tomando el pelo.
─ Es mejor que corras ─ le digo muy
seriamente. Ella sabe que lo estoy diciendo de verdad. Pega un chillido y sale
corriendo por la calle y yo la sigo atrás, a unas dos cuadras esta nuestra
universidad. Emma sigue riendo todo el transcurso
hasta que se para abruptamente en la puerta de entrada y deja de reír. Llego al
lado de ella.
─ ¿Qué pasa? ─ le pregunto cuándo
empieza a mirar frenéticamente por todos lados. Algo anda mal. ─ ¿Emma? ─ La
llamo, pero no me contesta. Sigue observando todo el perímetro de la
universidad. No sé que le sucede. Es raro de ella actuar así. ─ Emma ─ esta vez
le grito para me escuche. Ella se da vuelta y me mira. ─ ¿Qué está pasando? ─
─ Oh.. eeh.. na-nada.. solo.. yo..
pensé que había visto a alguien a quien conocía. No es nada. Mejor entremos de
una vez ¿Sí? ─ la miro extrañado, pero era mejor no acotar nada. Cuando este
lista me lo dirá. Abro las puertas, para que ella pase. Antes de entrar vuelve
a mirar sobre su hombro.
*****************
Ya hace media hora que estamos en
nuestra aula y el profesor está explicando el tema del día pero Emma no está
prestando atención, sigue actuando raro. Esta tensa sentada en su silla, con la
espalda recta mirando hacia el frente, con la mandíbula apretada.
Me está preocupando. No sé que le sucede y no me dice nada para
que pueda ayudarle.
De pronto, su teléfono vibra o eso
creo porque lo saca de su bolsillo y se lo queda mirando un rato.
─ No ─ susurra, con voz afectada. ¿Qué
mierda está pasando? ─ no puede ser. ¿Por qué? ─ lágrimas salen de sus ojos.
─ ¿Emma? Emma, ¿Qué pasa? ─ le digo
susurrando para que el profesor no se dé cuenta.
─ El infierno pasó ─ me dice todavía
mirando afectada su celular. Levanto el cuello para poder ver el contenido del
mensaje, pero ella lo guarda rápidamente.
─ ¿Pasa algo sr. James y srt.
Williams? ─ dice el profesor de repente. Iba a contestar para que desviara su
atención de una Emma llorosa, pero ella se levanta de golpe de la silla.
─ Mierda ─ dice, mientras mira
fijamente a la puerta.
─ ¿Cómo dijo señorita Williams? ─ dice
el profesor claramente enojado del arrebato de Emma.
─ Dije mierda. Esto se va a poner como
el verdaderamente feo ─ dice sin quitar la mirada de la puerta ¿Qué mierda? Por
Dios, Emma perdió la cabeza. Me levanto para llevarla fuera de la clase, antes
del que profesor la expulse. Cuando de pronto, la puerta es azotada contra la
pared con violencia y entran tres tipos, dos con el pelo oscuro y uno con el
pelo rubio. Vestidos de la cabeza a los pies con ropa de cuero negro. Sus ojos
sádicos recorren a todos los integrantes del aula.
─ ¿Dónde mierda esta la hibrida? ─
pregunta el rubio con un acento particular. Y así fue como todo se convirtió en
un infierno.
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