Capítulo 1
Descubiertos
Sentí una presencia extraña rodeando la
universidad en el momento que llegue a la puerta. Había algo, lo sabía, pero no
podía detectar que era eso.
Estaba intranquila, era un sentimiento
familiar, pero al mismo tiempo desconocido. Capaz era solo un presentimiento y
no pasaba nada de otro mundo, pero no podía estar tranquila en toda la clase.
Estaba comenzando a pensar que me estaba volviendo loca, hasta que mi celular
vibro y lo más horrible del mundo apareció cuando abrí el mensaje, era una foto
y un simple texto: la guerra empieza, pero lo peor es la imagen. Era de mi
manada, por dios, los habían asesinado y me mandaron la foto. Esto no podía
estar pasando. Los masacraron. ¿Quién es el hijo de puta que hizo esto?
Y esa pregunta fue contestada cuando sentí y
escuche a alguien subir por las escaleras. Me paré rápidamente de la silla.
Esto no era bueno, para nada.
La puerta se azotó violentamente y tres
hombres entraron. Mierda esto no puede estar pasando.
─ ¿Dónde mierda esta la hibrida? ─ pregunta
uno ellos. Sigilosamente, saque mi arma de la mochila y me la escondí en la
espalda.
─ Düsters ─ dije mientras daba un paso así adelante.
─ Oh ahí está la pequeña hibrida. ¿No te da
gusto vernos?─ su tono de burla me molesta, mucho.
─ ¿Qué carajo hacen aquí? ─ pregunto sin
rodeos.
─ Acá las preguntas las hago yo, ¿Entendiste?
─ sus ojos sádicos se clavan en mi mirada cuando llego al frente de él. ─ Por
fin te hemos encontrado, tanto tiempo buscándote y estas con los humanos. Me
das asco, pero ya es momento de venganza ─ saca su arma y me apunta junto en mi
frente. Yo me hecho a reír.
─ ¿En serio? ¿Piensan que ustedes tres me
pueden ganar a mí? ─ sigo riendo, pero de pronto me pongo seria ─ ¿Nadie les
conto lo que soy? ─
─ Mitad no-muerto, mitad lobo. Gran cosa. Yo
soy mejor que vos y soy un simple Düster. No sé porque te quieren tanto. ─
─ Por esto, querido ─ con un simple
movimiento de mi mano derecha sus armas salieron volando. Sonreí cuando se
quedaron petrificados por lo que acaba de suceder ─ Oh no lo esperaban, creo
que mami y papi no les dijo toda la verdad sobre mi ─ le pegue una patada en la
cara del Düster rubio que lo mandó volando contra la pared. Su compañero me
vino a atacar pero intercepte su puño y doble su mano. Sus dedos crujieron,
mientras soltaba un grito desgarrador.
Estaba por romperle la muñeca, cuando el otro
me pego una patada en la espalda y me caí. Me levanté rápidamente y le di un
puñetazo en el estomago.
Saque mi pistolada de los pantalones atrás de
mi espalda y le pegue dos tiros en las piernas de los Düsters morochos. Ellos
chillaron de dolor. Me acerque a uno le puse un pie en su garganta. El rubio quiso impedir matar a su
compañero pero de un rápido movimiento le pegue una patada y se estampó contra
la pared. Con un poco de magia lo deje pegado en la pared, inmóvil, mientras yo
volvía al bastardo tirado en el suelo. Me agache y tome su cabeza con mis
manos.
─ Buenas noches, dulce Düster ─ susurre antes
de arrancarle la cabeza y separar su cuerpo en dos. Deje caer la cabeza al
suelo y me enfrente al otro morocho. Este estaba parado con dificultad y dejó
salir un gruñido mientras se acercaba para atacarme, pero no pudo hace mucho,
ya que salte encima de sus hombros y con un simple movimiento despegue su
cabeza de su cuerpo.
─Bueno eso fue fácil ─ me dije. Enfrenté al
Düster rubio, cuando escuche gritos provenientes de la sala. Mierda, me olvide
que estaban todos mis compañeros acá. Me di vuelta y me quede mirando a las
chicas llorando descontroladas, los hombres con cara de horror y algunos
también llorando. Mi mirada se quedo puesta en Killian que me miraba con mezcla
de miedo y desconcierto. “Lo siento” le gesticule con la boca. Él solo se me
quedo mirando.
─Chicos, por favor cálmense ─ dije, pero
nadie me escucho seguían llorando y gritando. ─ cállense ─ grité. Todos se
quedaron quietos y en silencio. ─
Escúchenme, yo no soy la mala acá, ellos lo son ─ señale al Düster
rubio que estaba inmóvil en la pared que
sonreía sádicamente. ─ si no los mataba, ellos los iban a matar a ustedes y a
mi ─
─ ¿Qué eres? ¿Qué son ellos?─ Me preguntó débilmente
una chica que estaba sentada en el suelo detrás de su banco. Solté un suspiro.
No puedo decir esto, sería traición, pero no me quedaba otra, ellos vieron todo
lo que acaba de suceder.
─ Ellos son Düsters, significa oscuros en
alemán. Son no-muertos sin almas ─ dije
─ ¿No-muertos? ¿Te refieres a vampiros? ¿Tú
eres una de ellos? ─ me preguntó Killian mientras se levantaba del sueño.
─ Ustedes lo conocen como vampiros, si. Pero
esa palabra no existe, son no-muertos. Personas que murieron, pero revivieron.
Y sí, en parte soy una no-muerta ─ dije simplemente, no podía dar más
información.
─ ¿En parte? ¿Qué mierda significa eso? ─
Killian está realmente enfadado. No lo culpo, si mi mejor amiga sería algo
realmente raro y que no existe, también lo estaría.
─ No puedo decirlo, lo siento ─ simplemente
dije y agache la cabeza.
─ Maldita hibrida, sácame de aquí ahora hija
de puta. ─ irrumpió la voz del Düster rubio. Me di vuelta y lo encaré.
─No, amor, yo no te voy a sacar de ahí. Vos
viniste a cazarme báncate las consecuencias ─ dije dulcemente. El no-muerto
lanzó una carcajada.
─Igual ya van a venir a buscarme─ eso me puso
en alerta.
─ ¿Qué quieres decir?─
─Ya lo veras─ sus ojos sádicos me miraron
fijamente a los ojos. Y ahora comprendí. Sentí la presencia de Düsters en toda
la universidad. Esto no puede ser. ¿Por qué mierda se van a querer exponer así,
hasta los Düsters guardaban su imagen? Me tenía que transformar, así acabar con
todos ellos. Odiaba esta mierda.
El no-muerto empezó a reír al ver mi cara y
eso me fastidiaba mucho. Usando mi magia, hice que se callara la maldita boca.
─Mierda─ dije mientras empezaba a sacarme la
remera, luego los pantalones y zapatillas. Me quede solamente con mi ropa
interior. ─ No se asusten ─ les dije a mis compañeros que me miraban sin
entender por qué me desvestía.
Mi cuerpo empezó a estremecerse y a sentir
mis huesos cambiando. Grite por el dolor a causa de mi transformación. Mis
manos desaparecieron y se transformaron en patas con largas garras, al igual
que mis pies. Mi espalda se encorvo, el dolor era insoportable, pero ya estaba
acostumbrada.
Después de todo el sufrimiento, ya estaba
transformada en un gigante lobo gris y blanco. Escuche de fondo los gritos de
mis compañeros de clase, pero no les di importancia, ya me encargaría de eso.
Me fui corriendo por toda la universidad,
olfateando a los Düsters que habían venido, pero cuando llegues donde se
encontraba el primer grupo, me quede quieta. No lo podía creer. Ellos se
estaban mostrando a los humanos. Eso era imposible, hasta los Düsters tenían
respeto por esa ley. Esto no podía ser real. ¿Pero qué mierda está pasando hoy?
Si pensarlo por segunda vez, me abalancé sobre ellos y en cinco minutos les
arranque las cabezas con mis dientes.
No me di cuenta que atrás mío vino otro
no-muerto y me clavó en la espalda un cuchillo, chille del dolor, pero lo deje
pasar. Me di la vuelta rápidamente y también le arranque la cabeza.
Fui a las demás aulas y mate a cada Düster
que vi. Cada persona que estaba en las aulas, estaban histéricos, gritando,
llorando, demasiado asustados, pero ya se iba a arreglar.
Cuando terminé con todos, me sentía cansada y
desganada. Subí lentamente las escaleras hasta llegar al salón donde había
tenido clases y donde se encontraba el Düster inmovilizado.
Cuando entre, nadie se había movido, seguían
todos en el suelo y el no-muerto en la pared. Agarre mi ropa con los dientes y
salí así poder transformarme de nuevo en humano y poder cambiarme.
El dolor de la espalda me estaba matando y no
entiendo por qué. A mí se me cura rápido las heridas. Cuando volví a entrar y
el Düster vio la sangre de mi espalda, empezó a reír sádicamente.
─ Cierra la puta boca ─ le gritó
─ Pobre hibrida, te han atacado ─ su sonrisa
era enorme y me daba ganas de pegarle una piña, cosa que hice en realidad.
─ Ya se me va a curar, las heridas no me
hacen nada ─ dije desafiante.
─ Las heridas de un cuchillo común no te
hacen nada. Y supongo que fue un colega mío el que te acuchillo, entonces no es
uno normal. ─ El muy hijo de puta seguía sonriendo… paren ¿Cómo que no era un
cuchillo normal?
─ ¿De qué mierda estás hablando? ─ le digo,
mientras le apretó la garganta, pero él no contesta. Transformo mi mano en mi pata de lobo con
garras filosas. Las garras y los dientes de los lobos son veneno para los
Düsters, es muy doloroso, ya que actúa lentamente. Eso lo va asustar. ─ No vas
a hablar ─ le reto. Su cara se transforma en miedo.
─ Es un cuchillo especial. Lillit lo creó
para destruirte ─ siento que mi rostro se pone pálido. ¿Lillit? No puedo
creerlo.
─Mientes. Ella está muerta hace largo, largo
tiempo ─ gruño
─ La revivieron ─ susurra
─ ¿Quién? ¿Quién mierda la revivió?─ gritó
pasándole las garras por las garganta.
─ Sh- Shiva ─
─Mierda ─ grito y luego golpeo mi puño contra
la pared. ─ ¿Qué quieren hacer? ¿Qué quieren de mí? ¿Y por qué carajo que
expusieron delante de los humanos?─
─ A Li- Lillit ya no le importa los humanos,
solo quieren matarte y llevarse lo que le sacaste. El plan es que los humanos
sepan sobre nosotros, sobre todo, para así ponerlos en tu contra y Shiva la
ayuda─
─ Eso, eso no puedo pasar. Sería la destrucción
de la tierra ─ un grito desgarrador sale de mi boca, el dolor de mi espalda es
insoportable.
─ Ya te vas a morir, pequeña hibrida─ dice el
Düster. Ya me arte de él. Le clavo las garras profundamente en su pecho.
─ Tú también vas a morir, hijo de p… ─ pero
no logro terminar. Caigo al suelo, ya mis pies no aguantan mi peso. El dolor
cada vez es peor. Es horrible. Me voy a morir, pero tengo que luchar.
─ Killian ─ lo llamo, pero él no me contesta.
─ Por favor Kiliian, lo siento. Ayúdame─ cierro los ojos, ya no aguanto. De
pronto siento una mano que agarra la mia.
─ Emma, abre los ojos ─ susurra mi mejor
amigo.
─ Lo siento, te tenía que haber dicho ─
─ Vamos Emma, no se te ocurra morirte
¿Entendiste? Dime cómo puedo ayudar ─
─ Agarra mi celular y llama a Yahaziel ─
murmuro, ya no aguanto el dolor.
─ ¿Quién es ese? ─ pregunta.
─Un amigo. Él es mi última esperanza ─
escucho como corre y habla apresuradamente. Yo sigo con mis ojos cerrados, no
puedo mantenerlos abierto. Killian se acerca y me agarra la mano de nuevo.
─Ya está viniendo, Emma─ yo no contesto, no
puedo mover la boca ─ ¿Emma? ─ me llama ─ Emma, maldita sea despierta. ─ pero
no puedo, no puedo moverme. Siento como Kiliian me da vuelta y me apoya la
cabeza en su regazo. Él me susurra cosas, pero ya no entiendo. Hasta que
escucho un grito llamarme.
─EMAAAAAAA─ es la voz de Yahaziel, pero ya no
escucho nada más. Todo se volvió negro y oscuro.
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